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24 de Noviembre
Amigo con derechos, con beneficios o “amigovios” son algunos de los conceptos que se utilizan para definir ese tipo de relaciones en las que se admite la intimidad, pero se evita el compromiso. Si tienes curiosidad o dudas sobre este tema, te invitamos a seguir leyendo para que descifremos juntas algunos de los pros y los contras que caracterizan este tipo de relaciones.
Cuando hablamos de un amigo con derechos nos referimos a una relación abierta que intenta combinar la vinculación afectiva, los comportamientos y las actitudes típicas de una amistad, con la posibilidad de mantener relaciones íntimas o sexuales, sin que por esto exista un compromiso o un contrato de exclusividad. Este tipo de relaciones se forman con la intención de establecer vínculos menos serios que un noviazgo, pero al igual que con las amistades, no están totalmente exentas de cierto tipo de obligaciones como la sinceridad y la protección.
Si en tu entorno cercano tienes un amigo con quien disfrutas compartir, sientes que te atrae, tienen confianza y complicidad, pero no te quieres comprometer en una relación de pareja formal, quizás te hayas planteado tenerlo como un amigo con derechos. Si es el caso, lo primero que debes hacer es ser sincera contigo misma y con la persona implicada sobre lo que realmente estás buscando y quieres en la relación. Aunque uno de los beneficios de este tipo de vínculos es la libertad y la falta de compromiso, uno de los requisitos implícitos y necesarios, es la honestidad y la buena comunicación.
Así pues, una de las claves fundamentales para tener un amigo con beneficios es la comunicación. No existe una norma que dicte el comportamiento que se debe tener con un amigo con derechos, por lo que antes de hacerte fantasías en tu cabeza, lo más prudente es que le expreses a la persona en cuestión, tus deseos, límites y aspiraciones. Tener un amigo con derechos es establecer un tipo de relación en la que ambas partes acepten y estén conformes con las condiciones y los derechos acordados, por lo que debes ser muy clara en cuanto a lo que estás buscando y lo que estás dispuesta a dar. Los “derechos” otorgados deben ser de mutuo consenso, por ende, poner las reglas de juego claras desde el principio, es una de las medidas que harán que la relación funcione y sea mucho más sana.
Si algo hemos visto que ha cambiado en los últimos años, es la apertura en el amor. Hoy son múltiples los tipos de relaciones que podemos establecer con diferentes personas, por lo que seguramente también hayas escuchado hablar de relaciones abiertas o del poliamor. Tener un amigo con derechos es una forma de entablar una relación libre, pero como decíamos, además de la libertad; la sinceridad y la comunicación son elementos indispensables para que no haya malentendidos, decepciones o frustraciones.
Tener este tipo de relaciones puede ser útil y atractivo para muchas personas, pero no por ello funciona y es positivo para todas. Algunos motivos por los cuales ciertas personas buscan este tipo de vínculos radica en que no tienen tiempo, no quieren o no pueden dedicarlo a una relación de pareja. Otras, simplemente no quieren tener compromisos o quieren seguir teniendo la libertad de conocer e intimar con otras personas; y otras prefieren tener relaciones abiertas hasta sentirse convencidas de poder entablar una relación más seria.
Por esto, tener un amigo con derechos brinda ciertas ventajas como tener la posibilidad de salir con otras personas sin tener que dar explicaciones, establecer una relación íntima con una persona de confianza sin llegar al punto del compromiso oficial o tener relaciones sexuales sin implicarse emocionalmente. Sin embargo, como decíamos, debes tener claro qué es lo que quieres y saber si la persona implicada también lo desea así. Los derechos pueden ser variados según lo que hayan acordado, y por lo mismo, no son los mismos para todas las relaciones.
Aunque tener un amigo con derechos pueda parecer idílico, estas relaciones también tienen ciertas desventajas que muchas veces vienen ligadas a las emociones o sentimientos que, inevitablemente puedas llegar a sentir por esta persona. Por ejemplo, puede que inicialmente te sintieras segura de tener una relación sin compromiso y que solo quisieras sexo sin reproches ni ataduras, pero con el tiempo desarrollaste sentimientos que, sin buscarlos, te han ido acercando a esa persona, y quizás ese acuerdo inicial de amigos con derechos ya no se ajusta más a lo que deseas. En este tipo de situaciones, cuando se produce un desequilibrio, bien sea porque tú o la otra persona tiene intereses distintos, es importante comunicar los sentimientos y, si es necesario y posible, replantear los “términos del contrato amoroso”.
Nadie está libre de enamorarse y menos aún cuando se comparte intimidad con una persona. Por esto, una de las desventajas de este tipo de relaciones es el riesgo de caer en las redes del amor cuando se suponía que sólo era sexo. Puede pasar y no pasa nada. Si sientes que tu amigo con derechos se está enamorando de ti o tú de él, no temas en compartir tus sentimientos, hablarlo y buscar posibles soluciones.
Quizás ambos estén de acuerdo en tener una relación más seria o tal vez debas tomar distancia para cuidarte o para evitar conflictos por no cumplir las expectativas o ilusiones de tu amigo con beneficios. Recuerda que el secreto para tener un amigo con derechos y no morir en el intento es ser transparente, expresarse y dialogar con la persona en cuestión para saber qué siente y quiere cada uno.
Este tipo de relaciones no son para todo el mundo, pues mientras unas personas priorizan la estabilidad y la seguridad que brinda una pareja duradera, otras prefieren la libertad y otro tipo de relaciones más esporádicas y sin tanto compromiso. La única persona que sabe a ciencia cierta si vale la pena tener un amigo con derechos eres tú. Por eso, debes escucharte y analizar cuáles son tus deseos y necesidades, saber si estás preparada emocionalmente para este tipo de relaciones y si quieres una persona que esté contigo siempre o si simplemente quieres alguien con quien compartir un rato agradable sin pensar en más. Sé coherente contigo misma, si decides tener un amigo con derechos, debes entender que es un tipo de relación menos seria pero que, aun así, requiere honestidad, diálogo y comunicación.
De igual forma, si tienes una relación abierta o un amigo con derechos, no olvides que la protección durante las relaciones sexuales es una prioridad y una responsabilidad que no debemos ignorar ni pasar por alto. Cuando tenemos un amigo con beneficios, uno de los derechos que se sobreentiende, es la posibilidad de tener relaciones sexuales con más de una persona. Por esta razón, si quieres gozar de esta libertad, debes ser consciente y responsable de los riesgos que supone tener más de una pareja sexual, pues tanto tú como tu amigo con derechos estarán más expuestos a enfermedades de transmisión sexual.
Tener un amigo con derechos puede ser una experiencia interesante y llamativa si estás en un momento en el que no quieres compromisos ni ataduras, y si coincides con un amigo en circunstancias y con deseos similares. Sin embargo, sé sincera contigo misma y muy clara con la persona que esté a tu lado, sea cual sea el nombre que le quieran dar a la relación que tienen, las condiciones, libertades y derechos deben ser de mutuo acuerdo.
Si te interesa este tema y quieres saber más sobre cómo puedes ser más clara y sincera contigo y en tus relaciones amorosas, te invitamos a leer este artículo sobre la responsabilidad afectiva
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