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¿Qué es sugestión? ¿Y por qué debes de reconocerlo?

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Si hay algo que no debes hacer es sugestionar a las personas, y tampoco debes permitir que la gente lo haga. Más aún si ya está afectando tu autoestima. Pero, ¿Qué es eso? Si no lo sabes, tranqui, aquí te explico.

Sugestionar es: provocar una reacción (emocional, mental o física) a alguien haciendo que se dirija en cierto sentido en acciones, emociones o mentalidad. Allí juega un papel súper importante la neurolingüística, sea dicho con palabras o gestos. Por ejemplo, si entraras a un sitio y todas las personas te vieran mal y se alejaran de tí, puedes entender que algo no anda bien, eso es entender; pero sugestionar va más allá, altera el comportamiento consciente o inconscientemente; haciendo, por ejemplo, que tú misma comprendas que debes alejarte de todos y que nadie te dirá lo que sucede porque ya asumiste que a todos les caíste mal.

¿Te imaginas que eso te sucediera todos los días? ¿A qué conclusión llegamos? Algunas personas que han sufrido marginación o bullying han llegado a conclusiones como: No soy agradable, no valgo nada, no puedo cambiar, no debo engordar, no soy normal.

Por eso la sugestión es tan peligrosa. Pues al final lo que otros empiezan por convertirse en otra cosa, al punto de que tú misma te vuelves tu peor enemiga y ya te sugestionas de forma negativa sola. Suele suceder si has pasado por un maltrato o desprecio fuerte o prolongado.

Pero bueno, tú misma no permitirías que nadie te sugestione y que algo tan serio no te puede pasar a ti, pero la verdad, es que hace mucho que te ha sucedido en pequeño. Si te fijas solo en tu lenguaje de uso diario te darás cuenta del montón de muletillas al hablar que ni sabes de dónde sacaste y por qué, ejemplos:

“porque es que qué, por eso entonces, ehhh entonces, sigo; etcétera, entre otras, y me dijo que esto que lo otro y otro; esto, esto y esto y yo le dije esto esto y esto y pues..., uy cómo así que, ísque yo, dijeron disque que, vea pues, oiga mire, esta señora, noches (sin buenas), No! Pues ni, ¡Ay! ¡No!”.

¿Alguna vez has tratado de controlar esas muletillas? Bueno, esas son la prueba de que el lenguaje fue afectado por las reacciones que la gente te enseñó. Desde pedir un favor ya descartando que alguien pueda: ¿No me puedes pasar el cepillo? hasta decir que no tienes algo diciendo, que sí tienes algo, porque lo que no tienes es la nada: Yo no tengo nada.

Y ¿¡Esas reacciones programadas de dónde salieron!? Del entorno. Por eso sea que alguien te sugestionó, sugestiones a alguien con algo que dices o lo hagas contigo misma, debes de ser consciente de que no vaya a ser negativo, pues nadie tiene derecho a poner ideas pesimistas en la cabeza de otra.

Pide respeto a otros y respétate tú al hablar. Nada de gorda, fea, flaca, grandota, soy una inútil, me va a salir mal. ¡Nadie es adivino! Y todas las predicciones a las que te ates, sólo van a limitar lo que realmente podrías estar haciendo. Habla positivo y disfruta de las verdaderas posibilidades. ¡Reta la vida en pos de mejorar y disfrutar!

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