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25 de Noviembre
La experiencia que viven todas las mujeres durante el parto es única y completamente diferente para cada una. Por eso, es normal que escuches un montón de historias alrededor de este, que pueden ser verdad, pero muy poco comunes o que, por el contrario, son todo un mito. Aquí queremos aclararte algunas dudas para que te sientas tranquila y aprendas más sobre el tema.
Sabemos que en tus citas de control prenatal se habla mucho de esto, pero queremos hacer un pequeño resumen. Hay 3 señales súper claras que indican que tu trabajo de parto ha comenzado:
Cuando el trabajo de parto comienza, el cérvix que es el extremo del útero, tiende a abrirse y el útero comienza a contraerse, todo esto como preparación para el nacimiento del bebé. Durante cada contracción el útero y el abdomen se vuelven rígidos y después se relajan a la espera de la próxima contracción, pero ¿cómo saber que las contracciones que estás sintiendo son las del trabajo de parto? La intensidad de la contracción será una de las primeras señales, además de la frecuencia que debe ser de 3 cada 10 minutos aproximadamente.
Esto puede ser debido a que el útero comienza a abrirse generando un poco de sangrado combinado con el flujo normal. En este caso, lo mejor es consultar con el médico y estar pendiente de las demás señales.
Durante todo el embarazo el bebé está dentro del saco amniótico que contiene líquido. En el trabajo de parto, este saco se rompe haciendo que la mujer tenga una sensación de humedad en la vagina. En algunos casos, son solo unas gotas de pequeñas cantidades de líquido que salen de forma constante y en otros, se puede sentir como un chorro más abundante de color amarillo muy claro. Es importante que, una vez esto suceda, llames a tu médico y te dirijas al centro de salud. Importante: esto no le pasa a todas las mujeres y tampoco es muy fácil de reconocer, muchas mujeres lo pueden confundir con ganas incontrolables de ir al baño y con la orina normal.
Si bien ya has escuchado mucho sobre este tema, hay dos cosas que debes tener súper claras para que estés preparada y no te alarmes en caso de que pasen, porque son súper comunes y totalmente normales:
¡Claro que sí! Incluso, puede durar hasta 6 semanas y se conoce como los loquios del posparto. Este, es un proceso completamente natural, que hace el cuerpo para eliminar restos del endometrio y de la placenta, moco cervical y secreciones normales del proceso de sanación. Por lo general, es muy abundante durante la primera semana, y disminuye con el paso del tiempo.
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Sí, pero solo durante el parto natural y se da porque la abertura vaginal no es lo suficientemente grande para que la cabeza del bebé pase. Estos desgarros, se dan en el perineo que es el espacio que hay entre la abertura vaginal y la anal.
En muchas ocasiones, no se necesitan puntos de sutura para reparar el desgarre. Sin embargo, hay otros en los que con un pegamento quirúrgico es suficiente y, en caso de necesitar sutura, el médico hará unos puntos que se absorberán con el paso del tiempo.
Si, es importante aceptarlo y quitarle el miedo o la vergüenza a este tema porque es más común de lo que te imaginas y ¡no hay forma de controlarlo! Esto sucede porque, durante el parto, se liberan unas hormonas llamadas prostaglandinas que ayudan a preparar el útero para el nacimiento del bebé y que, así mismo, hace que los músculos se contraigan y relajen haciendo que aparezca la incontinencia fecal.
Esto no debe ser un miedo que tengas, pues es algo completamente natural y los médicos están acostumbrados a que suceda.
La episiotomía, se hace solo durante un parto natural y es una incisión que hace el médico en el perineo, que es el espacio que hay entre la abertura de la vagina y el ano, con el fin de abrirle más espacio al bebé. Esto, se hacía antes como un procedimiento de rutina, pero ya solo se hace en algunos casos, según si el experto lo considere necesario o no.
Es diferente a un desgarre, pues es un procedimiento médico controlado que se hace cuando hay riesgo de desgarre. ¿Cómo así? Cuando es posible que te desgarres, los médicos hacen este pequeño corte para que sea un “desgarro controlado” mucho más fácil de suturar.
Hay demasiados mitos y verdades sobre los partos por cesárea, aquí te compartiremos los más comunes:
Si tu primer bebé nació por cesárea, ya todos los próximos partos tendrán que nacer de este modo. FALSO. Aunque hace un tiempo sí era así, esta teoría está cada vez más desmentida y menos usada.
Que el bebé venga sentado es la única razón por la que se hace una cesárea. FALSO. También se tienen en cuenta el tamaño de la pelvis de la mamá, su estatura y su salud y la del bebé.
Es más seguro para el bebé un parto por cesárea. FALSO. Esta intervención quirúrgica también tiene riesgos y no asegura, al 100%, que no haya complicaciones.
La cesárea duele menos que el parto natural. FALSO. Si bien durante el parto no sentirás absolutamente nada, después, durante la recuperación, sí es más común sentir molestias.
Cuando ya estés en casa, es muy importante que te cuides para que te recuperes de la mejor manera y te sientas con toda la energía para cuidar a tu bebé. Aquí te damos algunos consejos:
¡Cuida tu alimentación! Las proteínas te ayudarán a la cicatrización y los alimentos ricos en fibras harán que tengas una buena digestión.
Si tu bebé nació por cesárea evita hacer fuerza y levantar objetos pesados. También es importante que mantengas la herida limpia y seca.
¡Cuida tus emociones! El cambio de rutina, las hormonas y los cambios físicos pueden jugar en tu contra. Así que habla sobre tus emociones con tu pareja, pide ayuda y no te guardes lo que sientes.
¡Descansa! Aunque esto parece todo un reto, trata de aprovechar cada momento que sea posible para dormir y recuperar un poco de energía.
¡Préstale atención a las señales de alerta! Si después del parto presentas fiebre, sangrado vaginal muy abundante, flujo vaginal con mal olor o enrojecimiento de la herida visita a tu médico.
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Así te digan muchas cosas sobre el parto, así tengas miedo y hasta un poco de ansiedad, trata de calmar tu mente y de vivir este momento de forma tranquila y consciente. Tu experiencia puede ser muy diferente a la de las demás mujeres y no hay nada de qué preocuparse. Te invitamos a leer el artículo Todo lo que debes saber sobre el postparto para que aprendas muchas más cosas sobre esta bonita etapa de la vida.
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