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16 de Octubre
¿Te dan fuertes dolores pélvicos cuando tienes la menstruación? ¡Okay! Éstos muchas veces no son normales y suelen denominarse como “dismenorrea”, una patología que suele sentirse como retorcijones, calambres o punzadas y -con frecuencia- aparecen antes de la llegada del periodo y los primeros días de él.
Seguramente no se trate de algo grave, pero sí es necesario que acudas a tu ginecóloga de confianza para que puedas encontrar un tratamiento indicado y descartar otras condiciones como endometriosis, quistes o teratomas ováricos.
A que poco sabías qué es dismenorrea, cuáles son sus causas, síntomas y de qué forma puedes tratar estos dolores. Así que, hicimos este artículo pensando en ti para que te familiarices más con este término y esta condición.
Antes de dar por sentado que tienes dismenorrea, o caer en un autodiagnóstico, es importante -como te mencionábamos anteriormente- que vayas a tu control ginecológico para que el especialista efectivamente confirme que tienes esta afección y pueda darte mejores alternativas sobre tu tratamiento, las cuales pueden estar relacionadas con medicamentos o cambios en tu estilo de vida.
Más adelante te mencionaremos cuáles son los principales síntomas de la dismenorrea para que puedas identificarlos a tiempo, por ahora, es importante que sepas cuáles son los tipos de dismenorrea.
¡Sí! Se dice que alrededor del 40% y 60% de las mujeres en el mundo padecen dolores menstruales, y más del 50% de las mujeres con dismenorrea, presentan una condición primaria, según un informe del Manual MSD Conocimiento Médico Global.
Pero…¿qué significa esto? ¡Conoce qué es dismenorrea primaria y secundaria!
Esta como sabemos es más frecuente y se da -principalmente- en los primeros años de la adolescencia o pocos meses después de la primera menstruación. No se presentan patologías pélvicas, pues se considera como un efecto secundario de la llegada del periodo, según la revista de Reproducción Asistida. Sin embargo, va disminuyendo con el tiempo, y muy probablemente desaparezca después de un embarazo.
Suelen darse dolores más leves, debido a contracciones uterinas, las cuales se dan porque los altos niveles de prostaglandina hacen que el útero se contraiga y por ende, que la sangre no circule como es debido.
Otros factores que pueden influir en la dismenorrea primaria es la falta de actividad física, el estrés y la ansiedad ante la llegada de la menstruación, así como también la posición del útero. Por eso, es importante que siempre tengas la evaluación de un especialista.
La dismenorrea secundaria, por el contrario, presenta dolores mucho más fuertes y prolongados, que pueden aparecer incluso una semana antes de la llegada de la menstruación y generar otras molestias durante el periodo. Esta condición sí suele estar precedida -generalmente- de algún problema pélvico o reproductivo, por ejemplo:
La endometriosis.
La adenomiosis.
Fibromas o miomas uterinos, que son neoplasias benignas.
Infecciones vaginales.
Ahora que sabemos qué es la dismenorrea y que conoces cuáles son sus tipos, es importante aclarar que en la condición primario no hay una afección ginecológica que origine el dolor pélvico o menstrual y se da -principalmente- por un tema hormonal; mientra que en la condición secundaria sí suele haber un diagnóstico detrás relacionado con quistes ováricos, endometriosis o infecciones vaginales. A veces, las causas también pueden darse por un factor hereditario.
Los síntomas por lo regular cambian dependiendo de qué tipo de dismenorrea tenemos, sin embargo, éstos son los más comunes y pueden variar en intensidad:
Náuseas, que pueden venir o no con vómito.
Calambres en la zona baja del abdomen.
Dolores de cabeza.
Fatiga o pérdida de energía.
Diarrea.
Dolor de espalda o en las caderas.
Dolor en las piernas.
Mareos o desmayos.
Recuerda que los cólicos menstruales no es algo que debamos normalizar, ¡siempre puede haber una solución para ellos! Y en estos casos, es mejor acudir a la ayuda de un especialista.
Así como existe la dismenorrea, que ya sabemos: se trata del dolor pélvico en la menstruación; ¡también podemos presentar amenorrea!
La amenorrea se trata de la ausencia de la menstruación, es decir, que por más de tres meses no nos llega el periodo. Por ejemplo, cuando descubrimos un embarazo es precisamente por signos de amenorrea, sin embargo y antes de que entres en pánico, no siempre se da porque estemos embarazadas; a veces, la podemos experimentar porque hemos cambiado algo en nuestra rutina (como en el ejercicio o en la alimentación), estamos pasando por un momento emocional y psicológico que nos altera de alguna forma, puede producirse también por procesos hormonales o como efecto secundario de un método anticonceptivo.
En ambos casos, debes acudir a tu ginecóloga para un mejor diagnóstico.
Al principio de este artículo te mencionamos algunas de las formas con las cuales los síntomas de la dismenorrea pueden mejorar, entre ellas, fomentar una vida más activa y realizar rutinas de ejercicio de tan sólo 30 minutos al día ¡pueden hacer la diferencia! También si sigues un plan de alimentación saludable adaptado a tu condición o si cambias algunos hábitos del sueño -con mayores probabilidades- podrás notar cambios significativos en tu menstruación.
En otras ocasiones, tu ginecóloga de confianza podrá recomendarte fármacos o un método anticonceptivo que te favorezca en este sentido y con el cual puedas decirle “adiós” a esos cólicos que no te dejan vivir.
Por otro lado, si la causa principal es por algún factor psicológico, una situación que ha elevado tus niveles de estrés o ansiedad, puedes ayudarte de terapia u otros métodos de relajación.
¡No te preocupes! Lo más seguro es que encuentres un tratamiento que te funcione de maravilla.
Si bien, no podemos evitar de alguna forma exacta la dismenorrea, sí podemos implementar pequeños hábitos saludables que nos ayuden a reducir los síntomas y a encontrar una pronta mejoría al dolor. Así que, aspectos como el ejercicio, una dieta equilibrada, hidratación, suplementos y control del estrés ¡podrán serte de muchísima ayuda! Así como también lo podrá ser si eliges decirle “no” al tabaco y al consumo del alcohol.
Además de todos los hábitos que ya te hemos mencionado a lo largo de este artículo, otras técnicas que podrán ayudarte a reducir los cólicos menstruales son:
Infusiones o bebidas aromáticas.
Baños calientes.
Compresas de agua tibia en la zona baja del abdomen.
Hacer ejercicios de Kegel.
Masajes en la zona del abdomen.
Descansar las horas adecuadas.
Ten en cuenta que todos nuestros cuerpos son muy diferentes, y lo que puede funcionar para una de nuestras amigas, quizá para Nosotras no tanto. Así que no te aferres a una sóla opción o alternativa, ¡a lo mejor tu solución sea otra!
Siempre que tengas dolores menstruales habituales, intensos y que interfieran en tu día a día, incluso si no lo hacen pero suelen ser molestos para ti, lo mejor es visitar a tu médico ¡sin ninguna excepción! Sin embargo, en casos más drásticos, en los que se presente alguno de los siguientes síntomas, debes hacerlo inmediatamente:
Calambres que aparecen con frecuencia y se repiten.
Si te da fiebre con los cólicos o dolores menstruales.
Dolores que aparecen incluso cuando no tienes la menstruación.
Si tienes más de 25 años y te presentan dolores intensos irregulares y de manera frecuente.
No olvides que los cólicos menstruales ¡no son normales! y, por ende, la dismenorrea tampoco lo es. Consulta con tu médico si tienes sospechas de esta condición y evalúa tus hábitos diarios no sólo para conocer de dónde podría provenir el dolor, sino también, para que puedas hacerlos más llevaderos.
Estamos contigo y te abrazamos, porque al igual que tú, ¡también sabemos lo que se siente!
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/ginecologicas/dismenorrea.html
https://www.reproduccionasistida.org/dolor-en-la-menstruacion/
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