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20 de Septiembre
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra sexualidad tiene dos definiciones que se complementan: la primera habla sobre los órganos que tenemos los seres humanos para la reproducción, mientras que la segunda, habla del conjunto de actividades y comportamientos relacionados con el placer sexual.
Por eso, hoy queremos hablarte de todo lo que debes saber sobre la sexualidad femenina, para que tengas un conocimiento claro de cómo funciona tu cuerpo, de por qué siente lo que siente y de cómo mejorar tu vida sexual, para que siempre sea muy segura y muy placentera.
La sexualidad femenina no está necesariamente relacionada con mantener relaciones íntimas con otra persona, sino que se refiere más bien a cómo funciona tu cuerpo, cuáles son las hormonas que influyen en el proceso, cuáles órganos tienes para el placer y la reproducción y cómo puedes sentirte plena al disfrutar de este ámbito de la vida.
Si todavía no has tenido tu primer acercamiento sexual con otra persona, ¡no te preocupes! Lo más importante es que no te afanes para hacerlo y que siempre te sientas muy cómoda y segura de todas las decisiones que tomas. Si quieres leer más sobre este tema, te recomendamos este artículo La primera relación sexual, una experiencia para la vida, en el que puedes aprender mucho más sobre esto.
Además, queremos recordarte que para vivir tu sexualidad no te hace falta una pareja. ¿Sorprendida? Te explicamos: Son dos motivos, el primero es que la sexualidad hace parte de nuestro cuerpo todos los días y a todas las horas, porque siempre estamos produciendo hormonas. El segundo es que la masturbación es una actividad natural, placentera y deseable. Si quieres aprender más sobre esto, puedes leer el artículo ¿Qué es la masturbación?
¡Nuestro cuerpo es perfecto! Aquí te vamos a contar cómo es la anatomía de nuestros órganos encargados de la reproducción y el placer. Empecemos por decir que el aparato genital femenino tiene dos partes principales: la interna, que son los órganos y lo que no podemos ver, y la externa, que es todo lo que conocemos como vulva.
Hablemos primero del aparato reproductor femenino interno; este se compone de cuatro partes: los ovarios, las trompas de falopio, el útero y la vagina.
Los ovarios son dos bolsitas del tamaño de una almendra, que actúan como órganos y cómo glándulas. En su función de órganos se encargan de almacenar los ovocitos durante toda la vida e ir madurando uno a uno cada vez; y en su función de glándulas producen la mayoría de las hormonas femeninas.
Las trompas de falopio son unos conductos que comunican los ovarios con el útero de alrededor de 10 centímetros de largo.
El útero es un órgano hueco y musculoso en el que se desarrollan los bebés cuando quedamos en embarazo.
La vagina es el canal que comunica el interior con el exterior y es por donde ingresa el pene durante el sexo y por donde salen los bebés en el parto.
La parte externa de este aparato es conocida comúnmente como vulva y se compone de cuatro partes: clítoris, monte de venus, labios y vestíbulo vulvar.
El clítoris es un órgano eréctil, cuya única función es producir placer.
El monte de venus es una protuberancia que está cubierta por vello.
Los labios son pliegues de piel que recubren toda la zona para protegerte de las bacterias y de los roces incómodos.
El vestíbulo vulvar es toda el área de la Zona V en la que se ubican la entrada a la vagina y a la uretra.
Cuando los ovarios están cumpliendo sus funciones como glándulas, producen hormonas femeninas, que son los estrógenos, la progesterona, la hormona foliculoestimulante y la hormona luteinizante. Además, también producen un poquito de testosterona, que es la hormona que normalmente le asociamos a los hombres.
Si quieres aprender mucho más sobre este tema y cuáles son las funciones de cada una de las hormonas, puedes leer el artículo ¿Tenemos testosterona? Conoce cuáles son las hormonas femeninas - Nosotras.
¡Sí! Es bastante probable que un descontrol en los niveles de las hormonas que produce la tiroides afecte tu deseo sexual. De hecho, uno de los primeros síntomas que se notan cuando existe esta patología es la disminución de la líbido.
Pero no te preocupes, alrededor del 25% de las mujeres del mundo necesitan ayuda farmacológica para mantener sus niveles hormonales tiroideos normales. Solo tienes que acudir con un especialista y él te ayudará en todo lo que necesites.
Es súper probable que conozcas este periodo con el nombre de “ciclo menstrual”, pero no te estreses, ¡es lo mismo! Es un proceso que vivimos las mujeres entre la primera menstruación (menarquia) y la última (menopausia) todos los meses. Se da principalmente por la variación en los niveles hormonales, lo que causa que podamos ovular, quedar en embarazo y menstruar. Si quieres aprender más, puedes leer el artículo Descubre todo sobre el ciclo menstrual: ¿Qué es? ¡Etapas y duración!
Primero aclaremos conceptos: deseo sexual y excitación no son lo mismo. El primero se define como un impulso sexual que tiene el cerebro cuando interpreta un estímulo de esa manera, es decir, cuando oyes, ves o sientes algo que tu cerebro interpreta como sexual.
La excitación es, entonces, la reacción de nuestro cuerpo y nuestro cerebro a ese primer estímulo.
El deseo es algo que dura apenas unos instantes, mientras que la excitación es una reacción en cadena que afecta a todo el organismo, tanto a tu mente como a tu cuerpo.
Los cambios que experimenta el cuerpo empiezan por un aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial. Además, la piel se enrojece y cambia la mirada. Después, se produce la erección de los pezones, la vagina aumenta su tamaño y toda tu zona V se lubrica. Estas respuestas son todas automáticas del cuerpo, es decir, no las puedes controlar y no significan que tú activamente quieras mantener una relación sexual.
Si el estímulo sexual sigue aumentando en intensidad y hay contacto físico (ya sea tú sola o con tu pareja) puedes llegar al orgasmo.
No son lo mismo, pero sí están estrechamente relacionados ambos conceptos y es muy difícil entender uno sin el otro.
La sexualidad es lo que está directamente relacionado con la necesidad humana del sexo. Es una respuesta biológica a nuestras hormonas y agrupa todo el conjunto de relaciones, prácticas y percepciones que atraviesan una relación humana entre seres sexuados.
La sensualidad, en cambio, es totalmente subjetiva y no depende de un contacto sexual directo. Se refiere al goce o placer de los sentidos, por vía de la estimulación, la insinuación o la alusión. Para decirlo de una manera más sencilla, es todo aquello que a ti te genera placer (sexual o de cualquiera de tus cinco sentidos), incluso sin un estímulo directo. Por ejemplo, existen cosas que pueden ser sensuales, sin ser sexuales, como comer algo delicioso, bailar o escuchar una canción que te guste mucho.
Una de las preocupaciones más frecuentes entre las mujeres que disfrutan de su vida sexual plena con una pareja -además de las enfermedades de transmisión sexual- es quedar en embarazo cuando no lo están buscando.
Para eso, los científicos han inventado muchos métodos que, todos de maneras diferentes, consiguen evitar más o menos efectivamente los embarazos no deseados.
Existen cuatro tipos de métodos principales: hormonales, de barrera, intrauterinos y definitivos.
Los hormonales son cuando alteramos el ciclo menstrual para evitar la ovulación; puede ser con pastillas, parches o inyecciones.
Los de barrera son los únicos que previenen las enfermedades de transmisión sexual, por lo que deberías usarlos siempre. Son los que impiden la llegada de los espermatozoides al óvulo, para evitar la fecundación.
Los intrauterinos son dispositivos que un ginecólogo acomoda dentro de nuestro útero y duran varios años.
Los definitivos son procedimientos quirúrgicos.
Si quieres leer mucho más sobre este tema, no dudes en leer el artículo Métodos anticonceptivos: qué son y para qué sirven. Además recuerda que siempre puedes consultar todas tus dudas a nuestra ginecóloga en línea en su consultorio.
¡Claro que sí, como cualquier otra persona! En realidad, este tipo de disfunciones son comunes y en general tienen tratamientos fáciles. Para saber qué te pasa debes siempre consultar a un experto, porque puede ser que los remedios caseros solo empeoren tu condición o dañen tu salud.
Hay cuatro tipo de disfunciones sexuales femeninas:
Poco deseo sexual: Es la disfunción más común de todas y se define como una falta de interés sexual.
Trastorno de excitación sexual: Sucede cuando el deseo sexual está perfecto, pero no puedes excitarte o mantener la excitación. Tiene causas fisiológicas o psicológicas.
Trastorno orgásmico: Es la disfunción que no te permite alcanzar el orgasmo, incluso cuando los estímulos son los necesarios.
Trastorno de dolor sexual: Se da cuando te duele la estimulación sexual o el contacto vaginal.
No creemos que el término correcto sea “mejorar”, porque lo que queremos enseñarte son actividades y prácticas que te van a permitir conocerte mejor y descubrir nuevas maneras de explorar tu cuerpo, para encontrar placer y felicidad.
La masturbación es tan natural como el sexo y te ayuda a conocer muy bien tu cuerpo, lo que te gusta y cómo te gusta. Siempre puedes utilizar tus manos (muy bien lavadas, por favor), pero en el mercado hay una gran oferta de juguetes sexuales que te pueden ayudar con este objetivo.
Hay algunos que los puedes usar con tu pareja… o incluso si la otra persona está lejos.
Aquí te dejamos un artículo muy interesante: Vibradores para mujeres: Resolvemos tus dudas.
Estos ejercicios son súper fáciles de realizar y te ayudan un montón a fortalecer todos los músculos del piso pélvico, que son los encargados de mantener en su lugar a todos los órganos y canales de nuestro sistema reproductor y de placer.
Para aprender a hacerlos puedes leer el artículo El sexo y los ejercicios de Kegel de nuestra ginecóloga.
Esta práctica ancestral tiene muchos beneficios porque se relaciona no solamente con el cuerpo, sino también con la mente y con la energía. Hay ciertas posturas que te pueden ayudar a entrenar tu cuerpo para que tengas más fuerza y más consciencia y hay otras que te conectan con tus deseos y con tu energía sexual.
La salud sexual está relacionada con dos cosas: las enfermedades a infecciones de transmisión sexual y con tu tranquilidad y comodidad.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden tener fácil tratamiento si se diagnostican a tiempo, pero ¡ojo! No todas tienen tratamiento. Es muy importante que te cuides muy bien y que sepas siempre que la persona con la que decides compartir tu vida sexual también es responsable con su cuerpo. Además, nunca está de más utilizar protección, como los condones. Si quieres saber mucho más sobre este tema tan fundamental, te invitamos a leer el artículo Conoce los tipos de enfermedades de transmisión sexual.
Esperamos que hayas aprendido un montón sobre todo lo que necesitas saber sobre la sexualidad femenina. Recuerda que este es un espacio seguro para que te informes y resuelvas todas tus dudas.
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